La gestión del presidente Martín Vizcarra expulsa a los conciudadanos awajún y wampis de las ciudades y los conduce a sus regiones amazónicas, donde la estructura de desprotección sanitaria del Estado les tiene signada la muerte sin asistencia de salud. Los denominados caminantes, varios de ellos portadores del SARS-CoV-2 asintomáticos y no diagnosticados, van llegando por oleadas a los distritos del Cenepa, Río Santiago y Santa María de Nieva. Ahí, en Condorcanqui, los espera una gestión preventiva ejemplar, que, sin embargo, tampoco puede doblegar la estructura de exclusión del Estado. El 4 de mayo se diagnosticaron los tres primeros casos de COVID-19 positivos en la comunidad nativa de Paantam.  

En medio de la crisis, organizaciones indígenas como Aidesep y Onamiap continúan esforzándose en tender puentes hacia el Gobierno y esperan unir fuerzas para enfrentar la epidemia. La autoridades e instituciones provinciales dependen del Ejecutivo.


Condorcanqui: un caso modelo en la prevención a punto de fracasar por la gestión de Martín Vizcarra

Mantuvo sin casos positivos a su provincia por 50 días. Pero las numerosas, acertadas y oportunas medidas preventivas del alcalde de Condorcanqui, Héctor Requejo, fueron insuficientes sin el apoyo del Gobierno central y regional.

Requejo se quiebra ante la desatención sistemática del Gobierno:

“Condorcanqui espera su destino. El aislamiento será como tiene que ser. Aislarlos para la muerte. Como la guerra mundial. Aislarlos para la muerte. Ahí estaremos hasta soportar hasta donde podamos soportar esto.”


En su provincia, las instituciones competentes actuaron coordinadamente desde días previos a la declaración del estado de emergencia nacional. Los esfuerzos del alcalde, del doctor Carlos Coronel (director de la Red de Salud de Condorcanqui), de Clelia Jima (enfermera awajún, responsable del área de pueblos indígenas de la red de salud y también exregidora del Gobierno Regional de Amazonas) y de varios otros funcionarios de la provincia y representantes indígenas fueron vitales para: 1) construir en tiempo récord infraestructura sanitaria adecuada para cuarentena; 2) habilitar y acondicionar colegios para atender a pacientes sospechosos; 3) bloquear herméticamente las vías de acceso a la provincia, a través de acuerdos políticos firmados con el alcalde de Manseriche y el de Imaza; 4) organizar un sistema de abastecimiento de alimentos para enfermos para cuando el número de casos se incremente; 5) transferir dinero en efectivo a los conciudadanos awajún y wampis varados en las ciudades del país, a fin de garantizar su subsistencia fuera de Condorcanqui y eviten importar el virus; y varias otras acciones. 

La apuesta en Condorcanqui fue por la prevención, pero “la burocracia es más lenta que la pandemia”, explica el alcalde. “El Gobierno no debería haber dicho que se repatríen en esas condiciones muy aceleradas”, se lamenta.

En la provincia no existen camas UCI, ni equipos de seguridad, y ahora ya se terminaron las 60 pruebas de diagnóstico que les asignaron hace un mes. Solo 60 pruebas de las 400 mil empleadas en el Perú hasta la fecha llegaron a la provincia de alrededor de 80% de población nativa. Además, en todo Amazonas solo existen dos camas UCI y todos en la provincia saben que serán los últimos en la lista de espera.

Los caminantes: del extremo urbano al extremo rural de la desidia del Gobierno

El 4 de mayo diagnosticaron a los tres primeros enfermos awajún de Condorcanqui, en la comunidad de Paantam. El virus llegó con los caminantes que partieron de Lima por carecer de un programa de albergues y asistencia alimentaria del Gobierno central. Son cientos de caminantes que se desplazan principalmente de Lima, Chiclayo y Trujillo hacia Amazonas, Bagua y Condorcanqui.

Actualmente y desde hace cinco días, un grupo de 46 caminantes ha sido retenido en Corral Quemado. La red de salud no les ha tomado pruebas rápidas ni moleculares. El Gobierno Regional de Amazonas no les ha provisto de albergue digno, los 46 siguen durmiendo en la carretera que fuera, hace casi 11 años, uno de los escenarios de los luctuosos eventos del Baguazo. El Comando Covid de Bagua, presidido por el doctor Elias Bohorquez, no ha resuelto la emergencia humanitaria y casi transcurrió una semana.

De momento, la Defensoría del Pueblo y ORPIAN-P, base indígena de Aidesep, han provisto de alimentos para subsistir a los 46 awajún y wampis. Sin embargo, ellos y ellas continúan durmiendo sobre la carretera y comiendo poco.

Los empadronamientos para repatriaciones se han convertido, para los awajún y wampis, en otro mecanismo de exclusión: las decenas de indígenas varados en Corral Quemado, a puertas de Bagua Chica, no son trasladados y albergados por el GORE “porque no están en las listas, porque son informales”. Rápida y creativamente la burocracia peruana logra deshumanizar la relación Estado – pueblos indígenas.

Pero esta deshumanización burocrática la gestionan personas. Los funcionarios en sectores competentes, como el Ministerio de Cultura, la Presidencia del Consejo de Ministros, el Instituto Nacional de Defensa Civil y el Ministerio del Ambiente, fueron informados oportunamente de los caminantes y de su desprotección humanitaria no lo resolvieron creativa u oportunamente.

En palabras de Yanua Atamain, comunicadora social awajún: “mis hermanos están viviendo en carne propia el abandono de las autoridades”. Son palabras que contrastan con las de la Viceministra de Interculturalidad del Ministerio de Cultura, Angela Acevedo, quien hace unos días en RPP declaró muy apaciblemente: "Se están evaluando las medidas a tomar y en las próximas semanas sacaremos un paquete más completo". A la fecha, el Mincu no ha difundido cuál es ese paquete completo ni cuáles son sus indicadores de logro y sus resultados. Además, ¿qué están haciendo concretamente para sacar de la pista de Corral Quemado a los awajún y wampis? La pandemia en la Amazonía indígena recién comienza y este tipo de problemas son infinitamente menores a los que el Gobierno enfrentará en las próximas semanas.

"Actualización, miércoles 6 de mayo, 16:53: ante la inacción del Gobierno Regional de Amazonas, los 46 jóvenes fueron recogidos por el alcalde de Condorcanqui en cinco minivanes esta tarde."


El autor es Integrante de Pueblos amazónicos en la pandemia de COVID-19, plataforma de investigadores y artistas que busca visibilizar las iniciativas de los hombres y las mujeres de la Amazonía ante las emergencias por esta pandemia. Twitter: @AmazoniaCovid19